Rutas, Encuentros y Traslados.
los espacios y el arte
El candado, símbolo de propiedad privada separa al sujeto de un determinado espacio; el colectivo Intromisión dentro de la residencia propuso oKupar una casa en ruinas a pocos metros de No Lugar.
Con determina acción ponen en tensión problemáticas que se desplazan en el campo del arte y la ética; donde la violación al espacio privado, y del respeto al otro, (valores de una sociedad capitalista, y conservadora) pueden hacer que la obra no sea recibida de una forma positiva por los habitantes del barrio. Sin embargo el lugar abandonado, y casi destruido entra en funcionamiento para el arte, inscribiendo una forma de protesta a la falta de apoyo por medio de los distintos agentes culturales al arte joven, visibilizando la necesidad de que el arte dialogue con el espacio público, privado, e institucional.
La casa abandonada, ahora transformada en una instalación de arte contemporáneo en la que los artistas logran pronunciar la esencia de un espacio a través de objetos construidos en forma de experimento; objetos víctimas del azar y cargados de memoria son desplazados en forma de kadaver exquisito e iluminados con velas; con la intención de contar una historia que al espectador no le es difícil de imaginar: una historia de la que todos podemos ser parte.
René Guénon en Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada, dice:
En el folklore el pueblo conserva, sin comprenderlos, vestigios de las tradiciones antiguas, que a veces se remontan en un pasado tan remoto que sería imposible determinarlo (…) en este sentido desempeña la función de una especie de memoria colectiva mas o menos “subconsciente” cuyo contenido, una suma considerable de elementos de naturaleza esotérica, viene claramente de otro lugar”.
La obra de Chay Velasco logra introducir al público en una especie de recorrido a través de la superstición, que parte de un imaginario colectivo; por medio de la disposición de su obra el espectador entra en tensión frente a las creencias populares, y la duda de que estas puedan ser ciertas.
Un espejo roto con su respectivo reflejo fragmentado son con lo primero que te encuentras.
“Salar” es sinónimo de mala suerte: una montaña de mala suerte y una mas pequeña a su costado izquierdo; al subir las escaleras de la galería encuentras otro montículo de fundas de aguas suspendidas, iluminadas por una luz azul, generando un reflejo bastante agradable y atractivo en la instalación: la energía positiva.
Las piezas ubicadas en la galería podrían sugerir una cartografía de la superstición, una geografía de mitos populares.
No Lugar
Registro: Rubén Darío Díaz Chávez + Francisco Suárez - No Lugar